martes, 24 de julio de 2007

Media Luna o Ver NY desde Madrid

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La tarde se niega a fundirse con la noche. Los reflejos azulados enmarcan una media luna aprovechadora de sus encantos. El vaso apoyado en la columnata, acompañado de una burbujeante botella, me predestina a una ronda por los recuerdos.

Ella en NY, y yo en El Matadero de Madrid, tan lejos y solo unidos por media Luna.

Brecht pone los escritos, Kurt Weil pone la música, Jean-Guy Lecat la escenografía, Mario Gas la producción. Inmejorable la Inauguración del Matadero de Madrid. La Opera Mahagonny como pieza inicial. Un chorro de lujo, una desgarradora actuación e inmejorables voces.

Entonces por que el ansia de que llegue el intermedio? Corrientemente disfruto de la Opera y cuando finaliza siempre espero que salgan de nuevo y comience la farsa otra vez. Podré entender o al menos lidiar con este ser absurdo donde me encuentro atrapado?

La respuesta me la entrego la Luna – solo media -, encerrada en un sobre lacrado con un sello roto y una misiva sin remitente pero con lugar de salida, justo antes del final del "intermezzo".

Tengo muy gratos recuerdos de NY. El estúpido logo, las misas en San Patricio, 42 st, juegos de barajas en las calles, Nights on Broadway, El Waldorf, los Yankees, etc. Sin embargo mis recuerdos no son sus recuerdos, sus andanzas nos las aprobé, sus amores no los conocí.

Lo único que se - y que recuerdo – de esa noche de Opera, burbujas y media luna es que nunca terminó…, y que aquella estrella al norte de no se donde, tratando de opacar la media luna, desapareció de mi cielo para siempre.
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